Diciembre, mes de evaluaciones y notas antes de la Navidad. El equipo de Jaén Rugby que milita en DHB se va de vacaciones con suspenso en resultados y un progresa adecuadamente en su juego. Así se pudo ver este domingo en Las Lagunillas donde el equipo jiennense desplegó su mejor rugby de esta temporada. El esfuerzo de los jugadores no tuvo la recompensa de los puntos, pero sí el aplauso del centenar de personas que asistieron al último encuentro del año.
El comienzo de partido fue arrollador. Jaén Rugby capturó su propio saque inicial y sometió a CAR Sevilla a un asedio que duró prácticamente 25 minutos. Durante ese tiempo, los sevillanos apenas sobrepasaron unos metros la línea que divide los dos campos. El ataque jiennense, no obstante, chocaba una y otra vez contra la mayor corpulencia de sus oponentes. Pero esa constancia, esa rapidez de manos y esa presión defensiva le permitió sumar seis puntos al pie gracias a otros tantos golpes de castigo transformados por Manu González, capitán del equipo (6-0)
Entre un tiro a palos y otro se lesionó Juan Castro, uno de los jugadores que más metros gana para el XV jiennense desde su posición de “ocho”. Otra grave lesión que sumar a las que ya lastran al equipo. José Carlos Moral ocupó su puesto en el campo.
Todo ese esfuerzo se quebró en el minuto 23, cuando CAR anotó el primero de sus cuatro ensayos. Una sola jugada les bastó para darle la vuelta al marcador (6-7). Con ese resultado se llegó al descanso a pesar de que Jaén Rugby recuperó la iniciativa en el juego y defendió con orden los minutos que jugó en inferioridad por una amarilla a Mario Cano.
La vuelta al campo fue un calco del inicio de la primera parte. Jaén Rugby se hizo con el saque de centro de su oponente y buscó su veintidós. Una patada profunda y certera de Manu González llevó hasta allí al oval y al equipo verdeoliva. Esta vez sí hubo ensayo. Las acometidas de Arias, Ocaña, Stein, Díaz, el movimiento del balón de lado a lado provocó el golpe de castigo de CAR Sevilla. Esta vez sí se pateo al lateral. Esta vez sí hubo touch-maul. Esta vez la defensa sevillana no pudo evitar que Ocaña posara el balón en la zona de marca. No hubo transformación (11-7).
La reacción sevillana fue definitiva La resistencia jiennense, finita. Los locales contuvieron sus embates, pero no alejaban el peligro y el oval volvía a zonas peligrosas. En ellas, el pilar de CAR Sevilla Leo Taravita se mostró letal con dos ensayos muy cerca de palos casi consecutivos (11- 21). Ensayos que dinamitaron la posibilidad de conseguir el bonus defensivo. Y es que la cuenta de puntos de Jaén Rugby ya no se movió. La visitante sumó un ensayo más (11- 26) para elevar a definitivo el resultado.
La paradoja que titula esta crónica es un reflejo de lo que se ve en el campo. El equipo no gana, pero cada vez juega mejor. Los fundamentos técnicos de estos jóvenes jugadores -once de ellos menores de 23 años- les hacen progresar rápidamente, augurando un futuro prometedor. Sirva como ejemplo Álvaro Juárez que el año pasado jugaba en el equipo sub 18 y hoy suma minutos como zaguero titular. “Llegará”, “la estamos mereciendo”,… No son las impresiones de quien escribe, sino de los jugadores al salir del césped. Si ellos confían, por qué no hacerlo nosotros.